El columnista de asuntos nacionales hace una comparación entre los festejos del Centenario y los recientes del Bicentenario de la Revolución de Mayo, y agrega: “con la vida de tres personas ya podríamos contar toda la historia”.
“Me sorprendió la madurez en esta corta vida del país de ver tanta gente conviviendo en la calle”, afirmó Tirabuschi.
Observó que mientras en el Centenario éramos seis millones y medio de argentinos, fue esa la cantidad de gente que hubo en los cuatro días de festejos del Bicentenario. En 1910, había un millón de italianos y unos 800 mil españoles.
Durante el Centenario, fuimos homenajeados con distintos reconocimientos, entre ellos el mal llamado Monumento a los Españoles, que debería nombrarse Monumento de los Españoles o “La carta magna y las cuatro regiones argentinas”. Tirabuschi, respecto de esta obra, y a modo de anécdota, comenta: “Tuvo muchas fatalidades hasta que pudo ser inaugurada”, en referencia a la muerte de los dos escultores encargados de la obra y del hundimiento, en 1916, del transatlántico “Príncipe de Asturias” que trasladaba el material de bronce y las esculturas. Después de estar retenidas en la aduana, y una vez que las veredas circundantes estuvieran listas, finalmente en 1927 se pudo inaugurar.
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