Para lograr esto, los colectivos deben estar adaptados con un sistema mecánico (similar al de un ascensor) o con una rampa que se pone y se saca (similar a una tapa). En el caso de los colectivos de corta distancia, las unidades nuevas tienen que contar con estos recursos y la persona con capacidades diferentes y un acompañante están exentos de pagar boleto. En el de las de larga distancia, el asunto es más complicado. La persona puede llegar a viajar sin pagar pasaje únicamente presentando el certificado de discapacidad en la terminal de retiro y en las únicas dos horas que tiene disponible para estos asuntos la empresa en la que desea viajar. En cuanto a viajar sin impuestos con acompañante, esto se da en el caso de que la empresa lo considere.
El otro asunto en la cuestión de los trayectos largos es el de las escaleras para ascender y descender de los mismos. Son contadas con los dedos de una sola mano, las empresas de largos circuitos que tienen cubierto este inconveniente.
Para aquellos que tienen inconvenientes en su visión, se les permite viajar con animales, siempre y cuando estos estén bien amaestrados y se hagan responsables en caso de daños a terceros.
Esta mejorando la situación para personas con capacidades diferentes pero aún tenemos que seguir Cruzando Puentes.
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